Sábado, la noche
A la tarde, Laucha pasó por mi casa y fuimos a la suya. A las siete me llevó al hospital, que queda muy cerca de su casa.
La Oma estuvo mucho mejor. Los ojos más abiertos y un poco más movediza. Fue un lindo encuentro.
Como a las diez cayeron todos los pibes a lo de Laucha. Tomamos cerveza, pedimos comida china (cena temática: el Negro se va a China en dos semanas a trabajar) y nos divertimos mucho. A las dos algunos salieron y yo me volví a casa con Chongo. Un sábado tranquilo.
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