domingo, marzo 20, 2005

Domingo de lluvia triste

No me levanté tarde porque me fui más o menos temprano a la cama. El festejo terminó siendo un evento memorable para la mayoría. Las ganas de no hacer nada me dejaron sentado frente al monitor de la computadora toda la mañana. A la tarde arreglé con Pacho para jugar al paddle. Me ganó.
Antes, hablé con N por teléfono. El viernes la llamé y le dije de juntarnos a charlar, pero tenía facultad hasta tarde y prometió llamarme el sábado. Como no lo hizo, la llamé y la conversación duró poco porque ella estaba por irse. Continuamos hablando hoy y lo único que queda claro es que ella no quiere estar más conmigo.
Un domingo de lluvia triste como hoy no ayuda a olvidarla. Es un día ideal para estar acostados mirando películas. Pero ya no. Tengo que aprender a estar solo.