martes, abril 05, 2005

Herencias (genéticas)


Linda Lorena con su padre.



Me estoy dando cuenta (y lo compruebo cada vez que hablo con ella) que a la abuela Elsa le tengo que insistir sobre los mismos temas varias veces, para que surjan cada vez nuevas vertientes en su recuerdo y en consecuencia, más información. Anoche, le pedí que me contara sobre la charla telefónica que había tenido con Linda Lorena la semana anterior. Mucho más de lo que me había dicho mamá no había salvo por el hecho de que la actriz atendió el teléfono muy desganada y que cuando se tocó el tema de las películas (y de su pasado glamoroso entre estrellas) su voz se tornó más fresca y joven (o por lo menos la abuela lo notó así). El otro punto disímil era que Lorena hablaba seis idiomas (húngaro, alemán, francés, italiano, inglés y español) y no dos como me había dicho mamá.

De los dieciocho a los veintiún años (entre el año 1946 y el 1949) filmó sus cuatro películas. En el ´49 se casó con un banquero (la relación entre glamour y dinero, entre actrices y empresarios data de mucho tiempo atrás) que la celaba y la quería obligar a dejar la actuación, para no excibirla al resto de los mortales y tenerla sólo para él. Pero Linda Lorena, que había estudiado arte escénico, no quería abandonar su carrera artística por un millonario absurdo. Entonces, ocurrió lo peor: se separaron. Esto no era común en la época y no estaba bien visto socialmente. Pero el valor de la fugaz estrella de cine pudo más y con la ayuda de un conocido abogado (en la comunidad húngara), logró el divorcio. Lo curioso es que, meses después, se casó con este abogado (vía México), que según la abuela, era mujeriego. En consecuencia, el nuevo matrominio no duró más de dos años y el sistema nervioso de la madre de Linda Lorena no resisitió más: un pico de presión por el disgustó la dejó hemipléjica.

Lo que me seguía inquietando era porqué la prometedora actriz había abandonado la actuación, cuando las decisiones que fue tomando en su vida (el estudio de arte escénico, separarse del banquero para defender su vocación) se dirigían en la dirección contraria. La hipótesis de la abuela es que Linda Lorena se sintió culpable de la enfermedad de su madre y por eso se dedicó a su cuidado. La hipótesis es verosímil, pero no me termina de convencer. Tal vez, en próximas conversaciones llegue a otra respuesta.