Días que quieren quedarse
Recién llamó el abuelo: en la visita matutina, la Oma estuvo más lúcida que ayer y tenía más fuerzas. Hasta intentó esbozar una sonrisa cuando el abuelo le cantó una canción en húngaro.
Los médicos intentarán ir quitándole de a poco el respirador artificial para ver si puede respirar sola. Las perspectivas son ahora otras, pero no hay que ilusionarse desmedidamente.
El calor de toda la familia y su fuerza ancestral de madera húngara están luchando por la recuperación. Hoy a la tarde la visito.
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