lunes, agosto 29, 2005

pudrirnos de a dos

Maldito crisol de soledades sepultadas
encarnando el rol del personaje noctámbulo
y determinando la línea fatal del devenir atemporal
de una daga que corre por los pasillos infinitos
en un mundo que no existe ni existirá jamás.

El nacimiento de una muerte es bendición
mientras caen las lágrimas que salpican y no mojan,
pero manchan en círculos y dibujan arabescos
que brotan al compás del dulce sonar
de una melodía que no existe ni existirá jamás.

Pudrirnos de a dos, en la misma fosa,
es estar juntos por siempre.