viernes, octubre 07, 2005

Sábado, la noche

el sábado empezó temprano: me levanté a las cuatro de la mañana y seguí estudiando para el parcial que tenía unas horas más tarde. después, fui a la facultad e hice mecánicamente el examen. recién a las cinco de la tarde recordé que no había almorzado y comí algo al paso. llegué a lo de laucha, charlamos un rato y dormí dos horas hasta que finalmente, partimos hacia el cumpleaños de la novia de poli, después de que se nos una pablo.

llegamos y no estaba ni poli, ni la novia, con lo cual no conocíamos a nadie. de casualidad, reconocí a una chica que había visto en una fiesta hacía siete años y le comenté quiénes éramos. tomamos asiento y nos sentimos un poco incómodos hasta que nos aclimatamos. el festejo era muy familiar, casi todos promediaban los 50 años. finalmente, llegó poli y nos reímos mucho. como suele suceder cuando uno va a fiestas familiares ajenas, el ambiente es muy bizarro. cada familia tiene sus locuras que llaman la atención de los extranjeros, y lo más importante, cada familia tiene sus personajes. yo lo vi apenas entramos: estaba sentado en una de las mesas que miraban de frente el salón, con una campera de cuero blanca, la piel tostada y la presencia imponente. era el doble del puma rodríguez (laucha agregaría más tarde que también se parecía a depredador, ese monstruo con cara chiquita de la película de Schwarzenegger). al rato apareció una pareja de bailarines de tango profesionales. bailaron unas piezas, con la atenta mirada del público (más tarde reconoceríamos que lo mejor del espectáculo fue esperar a que la muchacha eleve sus piernas y ver sus curvas) y después, invitaron a nadia, la novia de poli, a bailar. nos quedamos todos impresionados, ya que ella bailaba casi como la profesional y lustraba el salón elegantemente. entonces, sobrevino lo peor: la música devino carnavalezca y la bailarina profesional me invitó a unirme al baile. por suerte, ya había tomado la suficiente cantidad de cerveza como para estar relajado. también bailaban otras parejas, mientras la tanguera me revoleaba por el salón. a los minutos me dejó en manos de una señora mayor y nos pusimos a bailar hasta que se acabó la canción. volví (un poco avergonzado y otro poco divertido) a mi asiento. algunos seguían bailando. entonces, lo advierto: el puma estaba bailando con un estilo único sobre el piso que brillaba para contenerlo. se lo señalé a los chicos y les causó mucha gracia. después, descubriríamos que también estaba el doble de Jim Carrey, aunque era el doble para las escenas tristes y dramáticas. este comediante no reía.

como a las dos de la mañana, fuimos a un boliche que quedaba a dos cuadras del cumpleaños. esperamos una hora a que llegara la chica del guardarropas, mientras la pareja que estaba primera en la fila, discutía con ganas. toda la gente quería escuchar el motivo de la pelea, pero con el fondo musical, poco se entendía. finalmente, dejamos los abrigos y fuimos en busca de nuestros tragos. cuando le solicité mi cerveza a la moza y nos miramos intensamente, creí notar una conexión que nos hacía fundirnos en un sólo instante (?). entonces, una hora más tarde, volví a esa barra y directamente, le pedí el teléfono, sin preámbulos, “para llamarte y tal vez salir o algo”. sonrió y me dijo que no me lo quería dar. entonces, le dije que bueno, giré y seguí mi camino. después, nos escontramos con el meji y nos divertimos mucho con él y sus amigas. salimos del boliche como a las seis de la mañana. nos subimos a un taxi, llevamos a laucha, despúes se bajó pablo y el último en bajar fui yo. llegúe algo borracho a casa y por suerte, mi cama estaba en el lugar de siempre.