magia
por la mañana, para lograr que mis nervios resistan la incomodidad del colectivo lleno y los empujones, abrí un libro y me trasladé a Verriéres, la tierra de Julien Sorel, mientras el vehículo corcoveaba.
Aquel mundo irreal,/donde las campanas/del templo suenan/y convocan/con el mismo llamado/a los ángeles/y a los demonios./Este mundo.
posted by Martín H at 2:03 p. m.
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