martes, mayo 31, 2005

Celita

La primera mujer de la que estuve enamorado se llamaba Celita. Estábamos los dos en cuarto grado y teníamos diez años. Atesoro un único recuerdo de este amor (si es que se puede amar a esa edad): era el último día de clases y estábamos en el salón de actos.Yo estaba apenado porque no la iba a ver por tres meses. Por alguna razón, ella tenía un vestido con lentejuelas que brillaban (tal vez había participado en alguno de los números del acto). Estaba sentada cerca mío. En un momento se le cayó una lentejuela: esperé al final del evento, recojí la lentejuela y la guardé todo el verano. En algún momento la debo haber perdido y con esa pérdida se fue, también, el amor.