jueves, octubre 20, 2005

Diarios viejos

Miércoles, 09 de Junio de 2004
por la mañana


“Tengo que hacer algo por mí”. La frase salió limpia de mi boca, con fuerza y con ganas de atravesar los mares que me impedirán nuevamente llegar hasta el final de algún proyecto. Todavía no lo quiero mencionar porque si lo menciono muere. Siempre es igual, cuando le cuento a alguien del proyecto que tengo en mente, éste se diluye rápidamente, sin darme posibilidad de recuperación. Muchas veces intenté ocultarlos, pero en el momento en que me veo encarrilado, advierto que contarlo esta vez no podrá detenerme, pero como de costumbre pasa una vez más.
Este diario va a ser secreto. Nadie va a saber que estoy escribiéndolo. No para poder terminarlo, sino porque de contarlo ya no sería lo mismo. Tendría que responder a las preguntas “cómo va tu diario” o “qué escribís en él” o etcs. Además, parece que de alguna manera “hacer algo por mí” también incluye la escritura de este diario, aunque no sea el proyecto principal.
La idea es escribir todos los días, no abandonar la escritura y que la escritura no me abandone. Todo tiene que ver con el proyecto, pero acá no puedo.
Todo tiene un por qué.