domingo, junio 12, 2005

De Pacheco a Palermo

Salí del laburo a las 19hs. El dato (le mandé un mensaje desde el celular al representante de FB, información que obtuve de su página web y gentilmente me contestó) era que en Thames al 1700 se vendía el nuevo disco de Bochatón. De Pacheco a Palermo hay un largo trecho, pero las ganas. Subte D, Plaza Italia. 10 cuadras. Librería cool palermiana: Discos, libros y café. 26 pesos, 4 más de lo anunciado. Me lamenté por no tener un discman. Mientras camino de vuelta al subte veo que Palermo está lleno de bares y cafés por todos lados y comparo el paisaje con mi lejano barrio bonaerense. No llego a ninguna conclusión, tampoco quería llegar. Llovizna un poquito. No me molesta: me envalentona. Otra vez debajo de la tierra. Pienso en que estación me tengo que bajar para llegar al Gran Rex. 9 de julio. No es algo que me moleste viajar en subte. Otra vez el aire. Corrientes es luminosa en la noche. Luces y glamour, pero ahí nomás están los que abren las puertas de los taxis, los que piden, los que arrastran el carrito. Entonces: luces, glamour y pobreza. Postal posmoderna. Como tenia tiempo y no sabía que hacer compré la revista La Mano, porque la otra vez hablando con alguien me dijo que colaboraba en ella y me dio curiosidad. Entonces a un bar. Café con leche y un tostado. Creo que sólo hojeé. No leí ninguna nota, o capaz que sólo dos, o una. No está mal la revista. La cuenta. Ya eran las nueve y cuarto y ya no sabía qué hacer, así que crucé la calle y me paré a esperar que abran las puertas del teatro. A los pocos minutos abrieron. Superpullman, primer piso, fila uno, asiento 38. El recital empezó recién después de 50 minutos.