martes, junio 06, 2006

licencia

lo obsceno de tu quietud
desbordó lo quieto de mi obscenidad
altar de estrellas estrelladas
simposio de carnes mutiladas
reunión de cuerpos
maldición de atardeceres rojos
espinas clavadas en el centro
desnivel; la sangre va toda a tu cabeza
morado, violáceo, bordó, hasta el negro
el grito que te inicia en la dimensión
nueva; ya sos otra,
ni el almidón de mi boca
ni el rencor de mis músculos rígidos
alto; detenerse y sentir la pausa,
a veces es más difícil quedarse quieto
que moverse, por reflejo el movimiento.

2 Comments:

Blogger Cereza Martinez said...

fiuuuu me mató esta poesía.

1:50 p. m.  
Blogger Martín H said...

muchas gracias mumi!

saludos
m

2:29 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home