Llamadas telefónicas
El martes llamé al Negro para saludarlo por su cumpleaños. En China ya eran las nueve de la mañana del miércoles y él estaba laburando. Me alegró escucharlo bien. Estaba en una feria de pescados, rodeado de chinos y tratando de hacerse entender de alguna manera, porque no hay muchos chinos que hablen inglés. La comunicación, a pesar de la distancia, fue buenísima: era como estar llamándolo a su casa.
Ayer, llamé a Hernán, mi hermano. Hablé poco porque la tarjeta se consume rápido. Lo felicité por haber aprobado el examen que le permitirá, de una vez por todas, empezar sus estudios en España. Estaba contento porque, ahora que se viene el verano, va a tocar (como DJ) en varios lugares y eso lo hace feliz. Me contó que le hizo gracia leer que yo pensaba que en casa leían el blog y que efectivamente, él le había pasado la dirección a mamá. Así que, un saludo a mi madre y a todos los que me conocen.
Ayer, llamé a Hernán, mi hermano. Hablé poco porque la tarjeta se consume rápido. Lo felicité por haber aprobado el examen que le permitirá, de una vez por todas, empezar sus estudios en España. Estaba contento porque, ahora que se viene el verano, va a tocar (como DJ) en varios lugares y eso lo hace feliz. Me contó que le hizo gracia leer que yo pensaba que en casa leían el blog y que efectivamente, él le había pasado la dirección a mamá. Así que, un saludo a mi madre y a todos los que me conocen.
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