miércoles, julio 06, 2005

Días míos, bien míos

Me reconforta escuchar que mis seres queridos me vean muy bien. Me acaricia el ánimo saber que hay gente que quiere mi felicidad sin nada a cambio. Puede sonar tonto, pero es único e impagable. Sentirme amado por mi familia y mis amigos. Ese es el amor verdadero, el amor que perdurará más allá de todo y de todos. El amor de una mujer es ocasional.

Y cuando me miro al espejo y me veo mirarme, me rio (nos reímos) y veo los cambios en los gestos y en la mirada. El gris opaco se convirtió en un campo verde. La calle oscura sin salida es ahora un camino iluminado y aún forzando la vista no se ve el final. Hay curvas, subidas, escaladas, bajadas y de vuelta subidas, pero no hay fin. Y la inmensidad, que antes me atemorizaba, ahora me cautiva.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

HERMA: estoy muy contenta de verte asi, feliz, simplemente te queria decir q TE QUIERO MUCHISIMO

8:50 p. m.  

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