miércoles, enero 25, 2006

Viejo:

Esto no es una carta. Tampoco una confesión. Esto es literatura, pero tampoco. Tal vez sí. Es complicado. No sé.
Ni siquiera sé la intención que tiene, o quizás no la sé decir. Es una forma de pensarme, es una forma de acercarme a vos. Es tratar de mirarte y de ponerme en tu lugar, aunque ya estoy en tu lugar, ya estoy en vos, ya estoy desde vos, voy hacia vos, vengo de vos.
Tampoco sé si lo estoy escribiendo para dártelo, o para darme a mí una chance de entenderme. La posibilidad de salir de mí y comprender qué es lo que me pasa. ¿Me pasa algo?
Creo que si te entrego esta carta, esta confesión, en realidad no es ninguna de las dos cosas, pero de alguna manera hay que nombrarla, a tal vez no sea necesario, pero creo que sí, te va a sonar raro lo de matarte, te va a sonar raro todo. El problema es que no sé cómo explicarlo, el problema es que no sé qué quiero explicar.
Pero si te lo doy, pero si te la doy, trata de entender algo. Por que creo que algo estoy diciendo, que algo voy a decir. Que no son palabras sueltas y sin sentido, aunque lo parezcan, pero no encuentro la manera de expresar lo que no sé. Es complicado, es un caos.
Quizás esto sea una suerte de justificación; sé que no hablamos demasiado, sé que no te hablo y también sé que vos me hablas poco. Tal vez te pase lo mismo. Cuando me mirás, capaz que te ves, te ves mirándote, pero hacia atrás. Esto tampoco sé explicarlo, porque es tu mirada, pero lo puedo explicar porque también es mi mirada. Son mis ojos los que miran, son tus ojos los que te ven, pero sin espejo, simplemente apropiándose de los ojos del otro, que en realidad son de los dos.
Tampoco sé por qué te hago esta aclaración antes de que leas la otra parte, porque la otra parte es la misma. Las separa nada más que un espacio en blanco. O no. O ese espacio en blanco es parte de esto o de la otra parte, o los une, o las separa o es un silencio o es el momento en que nos miramos y nos vemos viéndonos. No sé.
Simplemente hay dos partes y en esta te aviso o trato de explicarte qué va a venir después y cómo tenés que leerlo. En realidad, termino diciéndote que no sé qué es lo que sigue ni cómo tenés que leerlo.
Tal vez no haya una forma de leerlo, tal vez no haya nada que leer. Tal vez nunca te dé esta confesión y no haya un sentido preciso en estas palabras.
¿Qué pensabas cuando veías al abuelo? ¿Te veías verte? ¿Ahora sos él? ¿Te pasaba lo mismo que a mí? ¿Qué me pasa? ¿Me pasa algo? ¿Al abuelo le pasaba lo mismo con el bisabuelo que nunca conocí? ¿Les pasa a mis hermanos? ¿Me pasa sólo a mí? ¿Me pasa algo?
Te avisé que era complicado, que no era fácil de entender, que ni yo lo entiendo. ¿O sí? Creo que no, pero puede ser.