lunes, julio 11, 2005

Días festivos II

Por cuestiones geográficas fui a dormir una siesta a lo de la abuela. A los abuelos les pareció gracioso que haga una parada en boxes en su casa. Dormí dos horas.

Compré un vino y fui a lo de Ana. Charlamos mucho hasta que fuimos a encontrarnos con los chicos en un bar en Palermo. El lugar tenía una terraza que tenía estufas y no hacía mucho frío. Había una luz azul que cuando uno giraba la cabeza se transformaba en el camello de Camel. Fue todo muy divertido y raro. Nos acostamos muy tarde. Después, desayuno en la cama y fiaca.