viernes, octubre 27, 2006

Tan mansa,

como la mirada de la luna,

que cuando me miras

desbordo

y las palabras salen fuera

del papel,

en ese universo que queda

del otro lado

donde duele y gusta.

Anónimo said...: Anoche compartí una cerveza con Martín.
Seguimos entendiéndonos,
pero los cinco años que pasaron
se hicieron escuchar.

Se acordaba todo lo que hablamos
la noche que nos conocimos,
y yo no olvidé el número de teléfono de su casa.

Mi primer novio estaba distante,
desde su lugar me hablaba un rugbier bien entrenado,
decidido a tratarme como a una del montón.

Soporté demasiado, solo porque era Él.
A los 19 años Martín ya olvidó el valor de un beso,
ahora los regala por encargue.

Me dejó en la puerta de casa a las 3.10,
y a las 3.30, haciendo caso a mi pedido,
me escribió para avisarme que
había llegado bien.

Todavía estoy intentando armar la noche,
buscando a Martín en las palabras
y gestos de la persona que durante
tres horas y veinte minutos
me hizo sentir la más estúpida de todas.

"qué tiene? no le podes decir nada, si nosotros no somos ni amigos",
Y volvíamos a besarnos.

Lo miraba y no lo veía,
lo seguía buscando.
A veces soy tan ilusa...

saludos Martín,
y suerte con tu propia ex.

sofi_minetti@hotmail.com; 12:33 a. m.