miércoles, octubre 18, 2006

noches

El viernes cenamos comida polaca:
(me escribió una carta)
sopa de remolachas y costillitas de cerdo.
(sus secretos guardados en papel celofan)
Después nos emborrachamos en bares
(creo que nunca alcancé ese grado de sinceridad)
y en la mañana nos ganó el sueño.
(me deja traumado, casi al punto de llorar)
El sábado, gastronomía húngara,
(cae una lágrima)
reunión familiar de cumpleaños.
(le repugna mi lengua sucia)
El tipo que tocaba el acordeón era igual a Torrente.
(me pide otra oportunidad)
Me emborraché con vino, champagne, y fernet.
(está tan segura de su amor)
A las dos de la mañana me pasaron a buscar mis amigos,
(me regala sus tardes y sus noches, sus futuros, y sus mientras tanto)
ángeles protectores que me guiaron a una fiesta.
(me promete paraísos y frutas dulces)
Imágenes vagas, recuerdos difusos.
(siestas de mediodía al sol)
Anoche fui a un recital.
(no es fácil decir que no)
Volví en taxi desde San Telmo.
(un jadeo ahogado en el pecho)
El chofer me quiso cagar con el cambio.
(el miedo a equivocarme)
No sé si fue casualidad
(porque decir que no es decir nunca más)
o si fue porque tengo cara de boludo.