viernes, octubre 27, 2006

ovejas

Escupir las palabras atragantadas

en la boca

seca.

Liberar la mente de los pensamientos que martillan

los sentidos

aturdidos.

Componer el rostro y no apretar

los dientes

rígidos.

Recuperar el temple y detener el golpeteo

de las manos

inquietas.

Dormirse contando ovejas y soñar

con una eternidad

silenciosa.