domingo, octubre 01, 2006

siestas

Cuánta tragedia escondida
detrás de esa cortina de risas,
el velo de los ojos sonrientes
en verdad es la vertiente
de un llanto de hielo seco.

Mi verdad es el recreo
de tu mentira; la piedad
es inventarme una fé
para convertir tus simulacros
en siestas de mediodía.