domingo, junio 10, 2007

2033 (catedrales)



*

No tengo ninguna habilidad.
Persigo a las habilidades de cerca,
para que no se alejen tanto,
pero no me gusta poseerlas.
Es otra forma de decir
que no sirvo para nada.

*

El sedante dulce de tu risa,
jarabe rojo, intenso brote
que domina mi mirada.
Me calma ver tus labios
estirados como una lombriz
pero sin tierra.
Ese brillo de la carne al desnudo,
que invita a la degustacion.
Tus besos entran por la vista,
la nariz y la boca.
Catedrales de azúcar.

*

Tengo ganas de tirarme en la cama
a mirar una pelicula, o a leer un libro,
y buscar claves perdidas en el sentido
o inventarlas, soñar con conexiones
entre la obra y mi subjetividad,
anotar cuántas veces se repite
la palabra germen,
o si se habla de genética.
Intentar reconstruir el origen,
el momento de creación,
entonces pienso, si alguien
imagina cómo es cuando yo escribo.

*

Contemplar es una forma de reafirmar la identidad.

*

En esta era de la información
lo más prudente sería enamorarse
a la distancia, recibir un email
de una mujer en algún lugar del mapa
que me diga que me ama,
que no tiene ni idea por qué,
pero que de todos los bits de datos
que conoce, soy el que más le gusta,
que la combinación de mis ceros y mis unos
es tan sensual que sueña
conmigo y mis números.
Ella es el cero y yo soy el uno,
una línea alargada que penetra
al número redondo hasta alcanzar
el éxtasis digital.

*

Regalás tu sexo porque sabés
que es la ruina de las conciencias
y te gusta destruir mentes,
que se queden tiesas
recordando tus curvas,
saboreando en el aire tus rincones.
La maldición de conocer tu placer.

*

La voluntad, el temple,
el equilibrio y la armonía.
Todo eso se fue
con el dolor de mis pies.

*

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1 Comments:

Blogger Pescador said...

Intensa tu prosa Martín, intensa...
Disfrute cada letra y algunas las hice propias.
Un saludo.

6:49 p. m.  

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